En mayo el empleo registrado se encontraba apenas un 0,1% por debajo del nivel de febrero de 2020, último mes antes del impacto por la pandemia de COVID-19. La industria, el sector de actividades empresariales y la construcción, los sectores más dinámicos.

Por Pablo Menéndez Portela*

Mientras la economía argentina busca dar vuelta la página al potente efecto inicial que la pandemia tuvo sobre todas sus variables, el empleo da muestras de una recuperación sostenida. De acuerdo a los datos del SIPA publicados por el Ministerio de Trabajo, la Argentina contaba en mayo con poco más de 12 millones de trabajadores registrados, casi idéntica cantidad que al inicio de la pandemia de COVID-19. Apenas 16 mil trabajadores más había en nuestro país en febrero de 2020, una diferencia que a la luz del desempeño económico de los últimos meses, se descuenta ya ha sido superada.

A pesar de que desde lo cuantitativo se evidencia una mejora todavía se aprecia un impacto en cuanto a la composición del mundo del trabajo en nuestro país. Si hacemos foco en la modalidad de empleo, notamos que el número de asalariados privados es menor en un 1,6% respecto de febrero de 2020.

Se trata de 94 mil trabajadores que han perdido su puesto de trabajo asalariado, parte de los cuales recuperaron su empleo bajo modalidades como el monotributo, que registra 38 mil aportantes más que a inicios del 2020 o el monotributo social, que cuenta con 7 mil beneficiarios más que el año pasado. El empleo público fue otra fuente de absorción de la caída en el empleo privado, con un aumento de 62 mil servidores públicos en los tres niveles del Estado.

Estas variaciones dan cuenta del éxito de las políticas de empleo como contención ante una caída económica determinada por factores exógenos. Iniciativas como el pago parcial de salarios a través del ATP, reemplazados más tarde con la reedición del programa REPRO fortalecido por un incremento presupuestario, sumado a la suspensión temporaria de despidos incausados, lograron mitigar el efecto en el empleo registrado. En el momento más crítico, durante la vigencia del aislamiento social, esta medición llegó a caer apenas 2,5%, valores que quedan lejos de la caída de casi 10% que sufrió la economía en el acumulado del año pasado.

 

Empleo en América latina

El acompañamiento del Estado a través de las políticas quedó de manifiesto en el número de suspensiones: durante el período de aislamiento fue un mecanismo aplicado por el 19% de las firmas y alcanzaron al 8% de los trabajadores, según datos del Ministerio de Trabajo. Este dato es una señal inequívoca de que el mantenimiento de los puestos de trabajo debió ser complementado con un freno temporario del empleo cuyo complemento fue la ayuda del Estado para mantener un piso de ingresos para los trabajadores afectados.

Los resultados positivos se aprecian también cuando comparamos el desempeño argentino con el de otras economías de la región como Brasil y Chile, que en mayo todavía registraban niveles de empleo 11% y 7% menores a los de febrero de 2020, según datos de sus institutos estadísticos recabados por el Ministerio de Trabajo de nuestro país.

Por otra parte, el análisis por modalidad muestra una profundización del fenómeno de trabajo desprotegido en la Argentina. Incluso dentro del mundo del trabajo registrado, se observa un crecimiento de aquellas categorías de empleo que implican una menor regularidad en los ingresos, o una menor protección de derechos de los trabajadores y trabajadoras que la componen. El aumento del trabajo desprotegido vino a profundizar una tendencia que ya se observaba desde inicios de 2018, producto de la recesión económica que llevó a una caída del empleo en términos absolutos.

 

Industria, construcción y economía del conocimiento 

En cuanto a la evolución del empleo a nivel sectorial, puntualmente en lo que refiere a los asalariados registrados, la recuperación respecto al período de aislamiento de mediados de 2020 se evidencia en los sectores más dinámicos. La industria ya emplea a 22 mil trabajadores más que antes de la pandemia, mientras que el sector de actividades empresariales, que engloba a la economía del conocimiento, la informática y otros servicios, generó 27 mil empleos nuevos.

La construcción, en tanto, registra 43 mil empleos nuevos desde su piso en julio del año pasado, aunque todavía deberá generar 20 mil puestos de trabajo más para recuperar el nivel previo a la pandemia. El sector de hoteles y restaurantes, por su parte, es el único que no muestra signos de recuperación: la cantidad de trabajadores es un 21% menor al del inicio de la pandemia, una pérdida de 57 mil puestos de trabajo que explica la iniciativa del Gobierno Nacional de reactivar el programa Previaje. Dicho programa inyectó más de $30 mil millones a 13 mil empresas del sector, aunque en términos de empleo asalariado apenas si fue suficiente para frenar la caída durante los meses de verano. Más allá de la política oficial en cuanto a incentivos, la evolución de la pandemia a nivel global será el elemento principal para pensar en una recuperación del empleo registrado en este sector, de la mano del turismo extranjero que acumula 18 meses de actividad prácticamente nula.

 

Qué puede pasar con el empleo

¿Cuál es la expectativa para los próximos meses? De acuerdo con la Encuesta de Indicadores Laborales realizada por el Ministerio de Trabajo, un 4,3% de las empresas espera ampliar su dotación de trabajadores, mientras que un 1,9% reducirá su plantel. La expectativa neta de 2,4%, que surge como diferencia entre ambos valores, es la mayor en más de 3 años. Puesta en perspectiva histórica, la expectativa se mantiene todavía en un nivel moderado, y en cuanto a su composición regional el crecimiento esperado en el empleo es mayor en ciudades como Córdoba o Rosario pero todavía menor en el AMBA. Los datos muestran que el empleo tendría espacio para seguir creciendo en tanto la dinámica de inversión y crecimiento se mantenga en los próximos meses, fundamentalmente traccionado por aquellos sectores del AMBA que fueron más afectados por las restricciones de movilidad.

Otro relevamiento, correspondiente a la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), muestra que las PyMES están impulsando el crecimiento del empleo. Un 28% de las firmas manifestó que incorporó personal este año, mientras que un 27% manifestó que aumentará su plantel en lo que resta del año. Una dinámica en consonancia con el programa Te Sumo, recientemente lanzado por el Gobierno Nacional, que facilita a las pequeñas y medianas empresas la incorporación de trabajadores jóvenes.

El programa prevé una exención de aportes patronales y un apoyo económico para el pago de salarios durante un año para aquellas PyMES que contraten trabajadores de entre 18 y 24 años. La iniciativa reconoce a las PyMES como las principales generadoras de empleo en nuestro país, y al mismo tiempo aborda la problemática de la desocupación allí donde es más acuciante: las tasas de desocupación para los jóvenes duplican los valores registrados a nivel de la población en general, lo que requiere un abordaje específico por parte de la política pública.

 


* Economista del Centro de Estudios Atenea, docente de la Universidad Nacional de Lanús y de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales

¿Querés leer la nota periodística?