El modelo económico implementado por Cambiemos puso en jaque el poder de compra de los salarios en Argentina. Como consecuencia, la clase trabajadora perdió 16% de poder adquisitivo en tres años, solamente contemplando a quienes están empleados/as en el sector privado formal. Muchas de las familias argentinas no llegan a fin de mes y, por consiguiente, ha aumentado la pobreza en el país, de forma tal ha alcanzado al 32% de los individuos en el 2º semestre de 2018.

 

Teniendo en cuenta esta coyuntura, vale la pena analizar, de qué manera, la crisis económica afecta la pérdida de ingresos a los trabajadores y las trabajadoras y cuántos/as se encuentran por debajo de la línea de pobreza. De acuerdo a los datos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares, el INDEC establece la línea de pobreza y la línea de indigencia. Esto se realiza a partir de la valorización de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total comparándolas con los ingresos de los hogares relevados por la EPH. De esta manera, se procura establecer si los hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir las canastas, superando dichas líneas.

A continuación, presentaremos algunos datos que analizan cómo se encuentran los trabajadores y las trabajadoras en relación a la línea de pobreza e indigencia de acuerdo a los hogares a los que pertenecen, siempre considerando la pobreza según ingresos del hogar, que incluye a la totalidad del núcleo familiar.

Del total de personas que trabajan en Argentina (ocupados/as), el 25% vive en un hogar pobre (incluye indigencia). Este porcentaje crece al 34,7% para quienes trabajan por cuenta propia y es 22,9% para quienes están empleados/as en relación de dependencia.

Además del tipo de inserción laboral (asalariado/a o cuentapropista), ser o no un/a trabajador/a registrado/a incide en la posibilidad de pertenecer a un hogar pobre. El 34,2% de los/as asalariados/as que no están registrados/as pertenecen a un hogar pobre, mientras que dicho dato es del 12,3% para quienes si están registrados/as

Desde otra óptica, del total de personas que trabajan en relación de dependencia y pertenecen a un hogar pobre, el 60% no cuenta con aportes jubilatorios.

Cuando se analiza la rama de actividad, los dos sectores más afectados son la construcción y el empleo en casas particulares. Del total de quienes trabajan en la construcción, el 50,1% pertenece a un hogar pobre o indigente, mientras que ese valor es del 46,3% en el caso de las empleadas en casas particulares. En ambos casos, duplican al promedio de asalariados/as. Además, estos dos sectores son los que presentan mayor precariedad.