En Argentina las mujeres ganan en promedio un 26 por ciento menos que los varones. Esta diferencia se registra en todas las categorías ocupacionales, y es aún mayor para los cargos de jefatura, donde la diferencia llega hasta un 30 por ciento en promedio. Un informe del Centro Atenea desglosa qué factores contribuyen a esta brecha salarial de género.

El análisis midió variables como la segregación ocupacional horizontal (en qué tipo de trabajos se insertan mujeres y hombres), el llamado techo de cristal y la distribución del tiempo que hombres y mujeres destinan al trabajo remunerado y no remunerado.

“Aunque cuenten con el mismo nivel de instrucción o incluso mayores credenciales educativas que el hombre, al incorporarse al ámbito laboral las mujeres no acceden a los cargos mejor pagos”, señaló el centro de estudios. Por ejemplo, en la categoría de jefes y jefas el informe detectó un 73 por ciento de participación de varones contra sólo un 27 por ciento de mujeres (ver gráfico).

Otro aspecto es que unas y otros no se insertan en las mismas actividades, ya que hay ramas feminizadas y masculinizadas. Las mujeres ocupan la mayor cantidad de puestos de trabajo en los rubros vinculados al servicio y la enseñanza, mientras que los varones trabajan en actividades industriales, que están mejor remuneradas.

De acuerdo con el informe del Centro Atenea, la cantidad de tiempo que los varones dedican al trabajo pago es de diez horas semanales más, en un promedio de 45 horas semanales contra 35 de las mujeres. El informe lo atribuye directamente a que las mujeres “no tienen opción sobre la responsabilidad socialmente asignada al hogar”.

Según el Indec –con datos relevados en 2013–, cuando hay menores en el hogar el 64,1 por ciento de los varones participan de su cuidado, mientras que en iguales circunstancias el porcentaje de mujeres que se ocupa de estas tareas llega a casi el 94,1 por ciento. Es decir que casi la totalidad de las mujeres cumple con la responsabilidad del cuidado de los niños, pero en el caso de los varones solo 6 de cada diez lo hacen.

El centro de estudios volcó en un mapa los números sobre desigualdad laboral de género. Así determinó que hay cuatro provincias donde se da la mayor brecha entre mujeres y varones: Jujuy, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y Chubut. En estos distritos la diferencia salarial de género se ubica entre el 28 y el 35 por ciento.

Las siguen en inequidad las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y Mendoza, donde las diferencias salariales están en un orden que va del 25 al 28 por ciento. En cambio, provincias como Corrientes o Santiago de Estero tienen las menores diferencias internas.

“Podemos esbozar algunas explicaciones sobre por qué algunas provincias tienen brechas más acentuadas. La primera es de carácter cultural y social y tiene que ver con la tradición: hay regiones más tradicionales en la organización del hogar, que dificultan la inserción laboral de las mujeres. Por otro lado, algunos sectores de actividad con sueldos más altos, como la industria, son predominantemente trabajos masculinizados, que aumentan la brecha”, señaló Marina Salzmann, coordinadora del área de Estudios Laborales del Centro Atenea. Para Salzmann, “no se podrá lograr nunca la efectiva igualdad de género en el mundo laboral si no avanzamos hacia un sistema que conciba las responsabilidades del hogar de manera compartida”. En este sentido, señala el informe, el Estado debería avanzar hacia un marco regulatorio que disponga sanciones económicas a los empleadores que vulneren la igualdad laboral y la incorporación de recursos que hagan más liviano el peso de las tareas de cuidado de los niños, como la apertura obligatoria por parte del empleador de guarderías para menores de 3 años.


Participación de varones y mujeres en el mundo laboral según categoría ocupacional

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