Paritarias 2017: ¿le ganarán a la inflación?

Casi todas las negociaciones cerraron con aumentos de entre el 20% y 25%. Muchos gremios incluyeron la “cláusula gatillo” para revisar el número final. ¿El objetivo? Evitar la pérdida de poder adquisitivo.

Los acuerdos paritarios estuvieron condicionados por la propuesta del gobierno de no superar la inflación del 17% prevista por el Banco Central. No obstante, los sindicatos buscaron no sólo ganarle a la inflación, sino también recuperar el poder adquisitivo perdido en 2016. En la mayoría de los sectores, el cierre de las negociaciones rondó el 20% e incluyó la “cláusula gatillo”, un requisito que implica algún tipo de mecanismo de revisión si es que la inflación supera la cifra acordada.

Paritarias 2017

Casi todos los sectores del mercado de trabajo, perdieron poder adquisitivo en 2016. Esto generó una gran desconfianza en los sindicatos que vieron como las mediciones de los índices de precios superaron ampliamente la proyección oficial y se llegó a una inflación promedio del 37,6% (41,0% según IPC CABA, 40,3% según IPC Congreso y 31,4% según IPC San Luis). Es por esto que la disposición de la cláusula se vuelve una herramienta fundamental en este contexto. Sin embargo, de 26 sindicatos analizados, hay 12 que no incluyeron esta salvedad y pueden verse perjudicados si el número de inflación acumulada sigue creciendo (14% primer semestre 2017).

Damián Ledesma, Director del Centro Atenea expresó: “Estamos frente a un escenario cada vez más complejo para los trabajadores. Si bien las paritarias se negociaron por encima de la previsión inflacionaria y en muchos casos se sumó la “cláusula gatillo”, ya el 2016 dejó pérdidas de poder adquisitivo muy considerables. Si a esto le sumamos el aumento de monotributistas en situaciones contractuales precarias, el mercado de trabajo está cada vez más desigual e inequitativo”.

Estos números analizan la evolución salarial de los sectores de la economía formal. Hay que destacar que existe más de un 30% de trabajadores informales que no cuentan con la valiosa herramienta de la paritaria para negociar sus salarios ni con la estabilidad que brinda un contrato formal. Si esta tendencia se consolida y las organizaciones colectivas disminuyen su representatividad, puede traer como consecuencia la presión de los salarios a la baja.

En este sentido, la cláusula gatillo es un intento de anticipación en un impredecible escenario económico. Resta esperar si las expectativas del gobierno se cumplirán, o si los sectores que cerraron acuerdos cerca del 20% sin la figura de la cláusula serán los más perjudicados.

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