Un informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Nacional Atenea, describe las reducciones presupuestarias que sufrirán los principales programas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social el año que viene. Los jóvenes y los trabajadores no registrados, los más afectados.
El presupuesto es una herramienta económica del Estado que se presenta como el principal instrumento ordenador de las políticas públicas. Marca el enfoque de cómo los gobiernos diagraman su plan de trabajo anual, fijando cifras y la asignación de recursos a las distintas dependencias y programas.
Tomando las partidas destinadas a la administración central del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), la variación en términos nominales refleja que las asignaciones presupuestarias aumentaron un 8% en relación al presupuesto 2016. Sin embargo, Atenea refleja que si se toma en cuenta la inflación estimada para el año que viene (pautada por el Banco Central), el porcentaje de retracción en términos reales rondaría el 7%.
Los programas de políticas públicas activas de empleo tienden a intervenir sobre el mercado laboral para generar condiciones igualitarias en el acceso al trabajo, sobre todo en poblaciones vulnerables como los jóvenes. En sí mismas no son generadoras de empleo, sino que son tributarias de un conjunto de medidas macroeconómicas.
Al analizar la distribución del presupuesto del MTEySS para el próximo año, el informe de Atenea destaca que los programas de formación profesional y laboral para los jóvenes casi no reciben mejoras nominales. Su aumento presupuestario es de tan sólo 0,28% y si se toma como referencia la inflación estimada, sufriría una retracción real del 14%. Un ejemplo es el Programa de Respaldo a Estudiantes de Argentina (PROGRESAR) que, si bien no depende de las partidas presupuestarias de la administración central del MTEySS sino de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), el mismo pasó de una meta física de 965.320 beneficiarios en 2016 a 500.000 en el presupuesto 2017. Asimismo, redujo sus partidas de $8.946.735.752 a $5.519.941.000, es decir, un -38% nominal y un -47% en términos reales.
Los especialistas de Atenea consideran que el panorama para el empleo juvenil es desalentador teniendo en cuenta que el rango etario tiene una tasa de desocupación que triplica al resto de la población. Una quita de recursos públicos en este segmento sería contraproducente si se quiere discutir una Ley de Empleo Joven que brinde mejores oportunidades.
Por otro lado, también el Sistema Federal de Empleo, encargado de promover y fortalecer la Red de Servicios de Empleo en las distintas jurisdicciones del país, padece un importante recorte: sufrió una caída del 2% nominal y del 16% real.
Sin embargo, el ajuste más significativo que presenta el MTEySS se encuentra en los programas de regulación del trabajo: disminuyen nominalmente un 16%, que se traduce en una retracción del 28% real. Este ítem del presupuesto contiene los recursos destinados al Plan Nacional de Regularización del Trabajo (PNRT), que tiene como objetivo principal combatir el trabajo informal mediante la incorporación de los trabajadores no registrados al Sistema de Seguridad Social.
Atenea concluye entonces que los recursos asignados a las políticas de trabajo y empleo no crecen ni empatan a la inflación estimada para el 2017, principalmente en aquellos programas destinados a la población joven y trabajadores no registrados. Esta disminución implica una menor intervención del Estado en el mercado de trabajo dando lugar a un mayor protagonismo de las leyes de oferta y demanda.