(Septiembre, 2022) Desde el Centro de Estudios para el Desarrollo Nacional ATENEA realizamos un análisis sobre trabajo y condiciones laborales en Argentina a partir de los últimos datos que se desprenden de la Encuesta Permanente de Hogares (1er Trimestre 2022 EPH/Indec), el Estimador Mensual de Actividad Económica también del INDEC y las Estadísticas del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que monitorea la evolución del empleo asalariado privado en base a los registros en el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIPA).
A partir del análisis, concluimos en que la recuperación de la economía argentina en la post pandemia plantea los siguientes desafíos para el mundo del trabajo:
- Sostenimiento de la creación del empleo en relación al crecimiento de la actividad económica
- Incorporación al mundo laboral de trabajadores y trabajadoras bajo modalidades protegidas de trabajo
- Aumento del poder adquisitivo del salario
Los datos del mundo laboral muestran dos ciclos bien diferenciados durante el último periodo. Durante 2020 se vivió el fuerte impacto de la pandemia, que paralizó en gran medida las actividades económicas, destruyendo miles de puestos de trabajo. Por ejemplo, el empleo registrado formal cayó un 5,5% interanual en el segundo trimestre de 2020.
A partir del segundo trimestre de 2021 se observa un cambio de tendencia, inicia un crecimiento continuo en la actividad económica y en el nivel del empleo: entre el 1er trimestre de 2021 y 2022 se crearon más de 245 mil puestos de trabajo en el sector registrado formal. De acuerdo al EMAE/INDEC (Vol. 6) durante el primer semestre de 2022 continúa la recuperación económica, con un 6,4% de crecimiento interanual en junio. Dicho incremento se vio fuertemente traccionado por el sector de hoteles y restaurantes (44,3%), el sector minero (14,2%) y la construcción (13,8%), datos de mayo.
Como dato alentador, el nivel de desocupación disminuyó: alcanzó el 7% de la Población Económicamente Activa (1ºT 2022 EPH/INDEC), llegando al valor más bajo desde el 4to cuatrimestre del 2015 (5,9%). La actividad y el empleo alcanzaron el 46,5% y el 43,3%, respectivamente, mostrando descensos de 0,4 p.p. y 0,3 p.p. durante el primer trimestre. Si esta tendencia se acentúa, se corre el riesgo de que el crecimiento económico no esté acompañado por un incremento en el nivel de empleo.
Sin embargo, vale destacar que los sectores con mayor crecimiento previamente mencionados (construcción, hoteles y restaurantes) no presentan usualmente altas tasas de registro laboral de los trabajadores y las trabajadoras. En este sentido, la tasa de empleo no registrado continúa aumentando: alcanzó el 35,8%, igualando al indicador con el que la Alianza Cambiemos dejó el gobierno en diciembre de 2019. Por ello, el desafío es que la recuperación económica y la incorporación de trabajadores/as al mundo laboral impulse un aumento de la formalización laboral.
Un último desafío es mejorar los ingresos de los trabajadores y las trabajadoras para que la recuperación económica impacte en la calidad de vida. El incremento nominal de los salarios no redunda en mejoras en el poder adquisitivo si la carrera de los precios no frena. Las paritarias sólo son una herramienta de protección para el 47% de los/as ocupados/as (sobre un total de 12,6 millones de trabajadores/as ocupados/as). Se puede observar cómo las personas que trabajan sin protección social y derechos se ven afectadas en mayor medida por la inflación, sin poder compensar el incremento del nivel de precios de los bienes y servicios de nuestra economía.
Como conclusión consideramos fundamental reconocer la heterogeneidad del mundo laboral y atender las diferentes realidades sectoriales, regionales, la situación registral, la calificación, la precariedad laboral, la economía popular para considerar las diversas intervenciones que se requieren para mejorar las condiciones de trabajo.