Varios de los principales desafíos laborales que enfrenta Argentina, entre ellas la informalidad, la desigualdad de género y la caída del poder adquisitivo, no se solucionarán «con motosierra, dinamita y estallidos», recetas que proponen algunos candidatos presidenciales, las cuales, según un grupo de especialistas e integrantes de centros de estudios sobre temas laborales, «llevarían a un escenario muchísimo peor que el actual».

«El país del estallido y la motosierra es con menos ingresos para quienes trabajan, con peores oportunidades de empleo, con más desigualdad, con más dificultades para las mujeres, con más obstáculos para los emprendedores. Por todo eso, es un país con menos libertad», afirmaron trece expertos y expertas en un documento titulado «Un horizonte de trabajo diferente».

Allí evaluaron que el resultado de las elecciones PASO, llevadas a cabo en agosto último y en las que triunfó el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, expresó «un agudo malestar, conocido» y «tal vez subestimado, que es, en parte, laboral» y llevó a que irrumpiera «la idea de que esa situación se resuelve con motosierra, dinamita y estallidos. El problema es que ese tipo de recetas nos llevarían a un escenario muchísimo peor que el actual», indicaron los y las especialistas.

Una de ellas es Tania Etulain, licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y directora del Centro de Estudios para el Desarrollo Nacional Atenea, quien -en declaraciones a Télam- opinó que «un eventual gobierno encabezado por La Libertad Avanza o Juntos por el Cambio representa una amenaza para los trabajadores» argentinos.

«A diferencia de lo que sucedió en 2015 con Mauricio Macri, esta vez no ocultan sus políticas y agendas, algunas de las cuales están detalladas en el documento», explicó Etulain, que firmó el texto junto a sus colegas de Atenea Ana Paula Capaldi, Verónica Robert y Marina Salzmann.

A ellas se sumaron Beatriz Cappelletti, Juan Manuel Ottaviano y Matías Maito, del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD-EIDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM); Lucía Cirmi Obón, de Futuros Mejores; Guillermo Gianibelli, de la Universidad de Buenos Aires (UBA); Mariana González, del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA; Damián Ledesma, de la Universidad Nacional de José Clemente Paz (UNPAZ); y los funcionarios del Ministerio de Trabajo de la Nación Diego Schleser y David Trajtemberg.

Para Etulain, tanto Milei como Patricia Bullrich, la candidata presidencial del Juntos por el Cambio, «ponen foco en que el problema de la Argentina son las leyes que amparan a los trabajadores, sus derechos o los representantes gremiales».

Sin embargo, Etulain consideró importante señalar que «estas leyes, derechos, instituciones laborales y líderes sindicales desempeñan un papel fundamental como defensores de los trabajadores, funcionando de manera análoga a una armadura que los protege».

El documento «Un horizonte de trabajo diferente» señaló que cada vez que en la historia del país se implementaron programas de gobierno basados en un «enfoque neoliberal, no sólo no se impulsó la creación de nuevos puestos de trabajo sino que, además, aumentó la informalidad, cayeron los salarios reales y creció marcadamente la desigualdad».

Las y los autores del documento aseguraron que «frente a los diagnósticos y propuestas simplistas y falaces» es necesario «resaltar que no hay soluciones mágicas e instantáneas para resolver las dificultades y los desafíos que el mercado laboral acarrea, en algunos casos, desde hace décadas».

Al respecto, indicaron que la actual coyuntura demanda una combinación de herramientas para resolver las urgencias del corto plazo, con el diseño de estrategias para abordar tanto los desafíos estructurales de la matriz productiva del país como los cambios más recientes en las formas productivas y en las relaciones laborales.

Y advirtieron que «no va a haber mejores oportunidades laborales y de progreso en un país en donde los empresarios tengan discrecionalidad absoluta para despedir trabajadores», una realidad que a criterio de las y los expertos se dará si se cumplen las propuestas de algunos candidatos sobre la eliminación de las indemnizaciones. Ese panorama, alertaron, «sólo conduce a más disciplinamiento e incertidumbre para las y los trabajadores y a mayor inestabilidad en los empleos».

En el documento, las y los especialistas destacaron que «los derechos laborales de quienes no los tienen no se consiguen eliminando las protecciones de los que trabajan bajo el amparo de las leyes y los convenios colectivos de trabajo».

Al respecto, hicieron hincapié en que las mujeres y diversidades tengan las mismas oportunidades que los varones de progresar en el trabajo, una condición que «no se consigue con quienes niegan» que en la sociedad existan desigualdades de género, señalaron en referencia a la opinión que sostiene Milei, para quien «si fuera cierto que las mujeres ganaran menos, las empresas estarían llenas» de ellas.

Las y los especialistas sostuvieron que reducir «plenamente» la brecha de género en la participación laboral y en los ingresos «no sólo es una deuda pendiente sino también una estrategia necesaria para disminuir la pobreza y la informalidad en Argentina».

A la vez, consideraron «necesario avanzar en la estabilización de la economía y la reducción de la inflación» por medio de un programa «que no cargue el costo de esos procesos sobre los sectores populares» sino que los proteja con una combinación de políticas de ingreso que apunten hacia la mejora estructural del poder adquisitivo.

Contribuirán, en ese sentido, la propia reducción de la inflación, la recuperación del salario mínimo como instrumento de referencia, los incrementos salariales extraordinarios y la participación de las y los trabajadores en el crecimiento de los ingresos por aumento de la productividad e incorporación de tecnologías.

Las y los especialistas rechazaron las propuestas de eliminación y la generalización del llamado «modelo Uocra» (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina), que significa la creación de un fondo con aportes sobre los salarios para, con ese dinero, pagar un monto en caso de desvinculación laboral; la eliminación de la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo; y el condicionamiento de la acción sindical, que es «un aspecto nodal del programa de la derecha», mencionaron.

Sin embargo, «en el corto plazo», enfatizó Etulain en diálogo con Télam, «la cuestión más apremiante es cómo restaurar el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras» y «poder homologar derechos que hoy tienen los trabajadores formales».

«Quien asuma la presidencia el 10 de diciembre debe tener presente que la deuda con los y las trabajadores es en términos de recomposición de derechos y recomposición salarial. En Argentina -explicó Etulain- no enfrentamos un problema de desempleo, ya que la tasa se sitúa en un 6.3% de la Población Económicamente Activa (PEA), pero sí existen trabajadores que carecen de protección».

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