En pleno calendario electoral, la alianza Cambiemos (o Juntos por el Cambio, como prefiera el lector) reorienta sus propuestas de gobierno a un segmento que fue uno de los más perjudicados en los últimos años: los jóvenes y las dificultades de inserción en puesto de empleo de calidad, a la par que avanzan las alternativas de puestos mal remunerados y en condiciones precarias para su realización.
El tema volvió a debate a partir de la propuesta lanzada por el presidente Mauricio Macri en tono de promesa electoral de reducir impuestos para las empresas que contraten personas entre 18 y 24 años, hasta reorientaciones meritocráticas del programa Progresar. Cambiemos volvió a poner en escena a la juventud, el grupo poblacional más dañado durante su gestión: más del 40% de los jóvenes viven bajo la línea de pobreza y la desocupación juvenil roza el 25 por ciento.
El centro de estudios Atenea analizó las estadísticas y políticas públicas de los jóvenes durante el período 2015-2019 y los últimos anuncios realizados para este segmento, lo que reflejamos en esta nota
Durante la campaña presidencial del 2015 la propuesta electoral de Cambiemos estuvo llena de objetivos que apuntaban a la disminución de pobreza y a la generación de empleo de calidad, una suerte de mantra que todavía hoy repiten los dirigentes oficialistas. La población jóven, uno de los sectores más damnificados por estas problemáticas, fue puesta en el centro de sus propuestas, prometiendo la puesta en marcha o refuerzo de diversos programas y políticas que fueron bandera a lo largo de la campaña.
Como ocurrió con otros segmentos de la sociedad argentina, a pesar de las evidentes complicaciones para el cumplimiento de estos objetivos a lo largo de la gestión presidencial macrista, los discursos oficiales evitaron asumir su responsabilidad en el empeoramiento de su situación.
Los objetivos de “generar empleo y mejorar el salario real de manera sostenible en el tiempo”, “disminuir el nivel de desigualdad, pobreza e indigencia en la Argentina”, “alcanzar la pobreza cero” y de facilitar el ingreso de los jóvenes al mercado de trabajo mediante empleos formales, son solo algunas de las pomposas declaraciones que la Coalición Cambiemos utilizó como bandera durante su campaña electoral del 2015 y que en el balance de su periodo de gestión han dejado gusto a poco, asegura el centro de estudios.
Para Atenea, lejos de alcanzar una reducción total de la pobreza, se observa un crecimiento de dicha población entre el primer semestre del 2017 de 28,6% – que podría representar el escenario inicial del periodo de gestión de Cambiemos – y el primer semestre del 2019 de 35,4%.
Asimismo, advierten, se evidencia los alarmantes valores que alcanzan la pobreza joven y la infantil. El 34, 6% de los y las jóvenes eran pobres en 2017, cifra que se incrementa para el 2019 a un 42,3% de este sector. Aún más alarmante resulta el crecimiento de la pobreza sobre los y las niñas, la cual aumentó más de 10 puntos a lo largo de la gestión Cambiemos. La creciente pobreza infantil señala un destino de vulnerabilidad para estos sectores e implica a futuro complejizar la problemática de los y las jóvenes.
Precisamente la población joven, a pesar de las promesas de creación de nuevos empleos, de normativas particulares que faciliten su inserción ocupacional formal, y de otros planes y políticas con bajo impacto sobre la problemática, demostró un empeoramiento de su situación. Además del alarmante incremento de la pobreza, los y las jóvenes muestran tasas de desocupación mayores que la población adulta, demostrando un enquistamiento de la problemática sobre estos sectores. Si bien las tasas de desocupación fueron históricamente más desfavorables para la población joven, podemos ver que el saldo del periodo presidencial de Cambiemos fue un incremento en la desocupación en general, y en mayor medida sobre los jóvenes, principalmente las mujeres.
Entre 2017 y 2019, la tasa de desocupación de los jóvenes ha crecido en promedio 3 puntos porcentuales, afectando principalmente a las mujeres jóvenes. La brecha de género respecto a la inserción ocupacional es una problemática que se manifiesta en todos los grupos de edad aunque es mayor al interior del grupo joven: la brecha según sexo en adultos es de aproximadamente un punto y entre los jóvenes supera actualmente los cuatro puntos.
Las cifras oficiales muestran los efectos de las políticas públicas desarrolladas en el marco de un proyecto político económico neoliberal impulsado por el macrismo durante sus años de gestión. Este gobierno se ha enmarcado en un modelo de políticas sociales que abandonaron el trabajo como eje central y mecanismo integrador. La intervención estatal de esta gestión lejos de ocuparse de resolver estas problemáticas urgentes, introdujo modificaciones tendientes a la flexibilización del mercado laboral y la reducción del déficit fiscal, pretendiendo alcanzar la inclusión social mediante mecanismos supuestamente meritocráticos que fortalecieran el trabajo individual, dejando de considerar a la pobreza como un problema social y colectivo.
El gobierno pareció recurrir como herramientas excluyentes para esta problemática la realización de las llamadas “Ferias Futuro” en distintas partes del país, en las que expertos en Recursos Humanos asesoran a los participantes en el armado de su CV y los orientan en su preparación para la búsqueda laboral. Los jóvenes pueden además participar de simulacros de entrevistas laborales y llevarse su curriculum vitae impreso. En tanto que para los sectores más desprotegidos, puso en marcha el Servicio Cívico Voluntario, para jóvenes de 16 a 20 años que no estudian ni trabajan, que está dirigido “a la capacitación y formación de jóvenes que se inscriban voluntariamente” y que Macri prometió esta semana extender a un millón de jóvenes.
Algo que verdaderamente, suena a poco.