El mercado de trabajo cada vez más frágil e inestable
Los principales indicadores del mercado laboral resultan desalentadores. Según las últimas actualizaciones del Ministerio de Trabajo (marzo 2018) sobre empleo registrado, el empleo que se crea desde diciembre de 2015 a la fecha, está vinculado a las modalidades más precarias (monotributo independiente y monotributo social). Este crecimiento comenzó a estancarse desde fines del año pasado. A este escenario se suman los datos publicados por el INDEC que muestran que la desocupación se mantiene casi igual que un año atrás (9,1%) y la tasa de no registro creció ubicándose en un 33,9%.
Una lectura pormenorizada de los datos del empleo formal, dan cuenta que desde diciembre de 2015 hasta marzo del corriente año hubo un leve crecimiento del trabajo registrado, tan sólo un 2,6%. Si analizamos las características de estos empleos, vemos que los porcentajes de crecimiento más altos coinciden con las modalidades de ocupación más precarias. Es el caso de los trabajadores y las trabajadoras con monotributo social –crecen cerca de un 20%-, lo que significa en términos absolutos casi 70.000 personas más respecto a diciembre de 2015. Le sigue la categoría de monotributo independiente con un 7.6% de crecimiento en este período. Este incremento es el más significativo en términos absolutos, ya que son 110.070.
Por parte de las asalariadas y los asalariados del sector privado, el crecimiento desde diciembre de 2015 a la fecha es tan sólo de un 1,1%. Esta es la categoría ocupacional que más peso tiene en el universo total de trabajo formal (registrado), más de la mitad específicamente.
Variación porcentual de los trabajadores/as registrados/as, según modalidad ocupacional (dic 2015 – mar 2018)
El gráfico anterior muestra con claridad el enorme incremento de la categoría monotributo social. Quienes se inscriben en esta categoría, no pueden tener un ingreso anual mayor a $107.525,27. Esto significa que no llegan a tener un salario mensual equivalente al mínimo, vital y móvil. Por otra parte, las trabajadoras y los trabajadores monotributistas no gozan de todos los derechos de quien está en un régimen formal. Respecto al monotributo independiente, en algunos casos se trata de personas que brindan servicios como una consultoría, pero también en este universo se encuentran quienes caen bajo la modalidad de relación de dependencia encubierta, ya que trabajan para una empresa con un contrato a término y facturan de forma mensual. Esto implica, entre otras cosas, que pueden perder su trabajo sin gozar del derecho a una indemnización.
Así y todo, el crecimiento del empleo más precario comenzó a desacelerarse a fines del año pasado, dando cuenta de que se trató de una fluctuación momentánea. A continuación, se muestra un gráfico donde se puede observar que a partir de noviembre de 2017 comienza a bajar la cantidad de trabajadores y trabajadoras en la categoría de monotributo independiente.
Evolución mensual de la categoría independiente monotributo (enero 2016 – marzo 2018)
Fuente: MTEySS, SSPyEL, Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, sobre la base de registros
administrativos de los sistemas de la seguridad social (AFIP)
Si analizamos el crecimiento del empleo asalariado del sector privado -una categoría en la que el trabajo es más estable y se goza de derechos laborales como vacaciones pagas, aguinaldo, indemnización por despido-, vemos que hay una gran disparidad entre las actividades que tuvieron altas y bajas. Por un lado, la Construcción, Servicios sociales y Electricidad fueron los sectores de mayor crecimiento (7,8%, 6,8% y 5,7% respectivamente). Mientras que las ramas más afectadas son la Explotación de Minas y Canteras con una disminución del 9%, seguida de la Industria Manufacturera con una baja del 5,2%.
La Industria Manufacturera es el sector con mayor participación en el empleo privado (casi un 20%). Esto significa que la pérdida de trabajo se da en uno de los principales pilares de la generación de empleo en nuestro mercado laboral. A su vez, no hay que perder de vista que estamos analizando datos de quienes se encuentran registrados y registradas. El sector manufacturero tiene un gran componente de trabajo informal (30,7% a nivel nacional). Lo que quiere decir que, si se perdieron empleos formales, es seguro que haya habido una importante merma en los trabajos informales, que no se pueden contabilizar justamente por la ausencia de aportes.
Por otra parte, la Construcción es una de las actividades del sector privado que más creció en la actual gestión de gobierno. No obstante, como se muestra en el gráfico a continuación, es una actividad muy volátil, y depende en parte del impulso que se le dé a la obra pública. Ahora bien, la Carta de Intención del gobierno al FMI anuncia, entre otras medidas que pretenden reducir el déficit fiscal, un freno al impulso de la obra pública. “Continuaremos ejecutando los proyectos de obra pública esenciales para dinamizar la competitividad de nuestro país, pero pospondremos aquellos que no lo sean.” Esto significa que una de las ramas que viene sosteniendo el crecimiento del empleo privado, sufrirá una importante merma.
Fuente: MTEySS, SSPyEL, Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial, sobre la base de registros
administrativos de los sistemas de la seguridad social (AFIP)
En resumen, el sector formal del mercado laboral, se viene sosteniendo con las modalidades más precarias de contratación. El crecimiento del empleo privado es leve y se sostiene con actividades muy volátiles como la Construcción. El aumento de la informalidad laboral que publicó el INDEC el jueves, dan cuenta de un escenario laboral cada vez más inseguro y frágil. Este contexto desfavorable para los trabajadores y las trabajadoras requiere tomar mayor consideración de los peligros de la introducción de los cambios impulsados por el proyecto de Reforma Laboral, así como las consecuencias que traerá el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
- Fuente: Elaboración propia en base a la Encuesta Permanente de Hogares – tercer trimestre de 2017