Existen actualmente en Argentina más de 7 millones de trabajadores/as desprotegidos/as, que son más vulnerables a las consecuencias económicas de la pandemia.

En el contexto excepcional de pandemia que estamos atravesando, y luego de cuatro años de profundo ajuste, con aumento de los índices de desocupación, informalidad, y trabajo por cuenta propia como respuesta a una situación de crisis, resulta indispensable focalizar el análisis coyuntural en una población que ha crecido cuantitativamente al tiempo que ha profundizado su vulnerabilidad económica y social.

¿Qué entendemos por trabajadores/as desprotegidos/as? 

Cuando pensamos en la protección laboral, lo hacemos sobre el modelo del trabajo formal, que supone seguridad social. Tomándolo como referencia, aún sabiendo que no son completamente homogéneas sus condiciones, analizamos aquellos/as que, en distintas modalidades, quedan por fuera de dicha cobertura. Los/as trabajadores/as desprotegidos/as son aquellas personas que trabajan, o tienen la voluntad de hacerlo (desocupados/as) y no son alcanzados/as por la protección social, ya sea porque se encuentran por fuera del amparo ofrecido por el empleo registrado, o bien porque su fuente de trabajo, incluso formalizada, no les permite acceder a derechos equivalentes a los de los trabajadores registrados, como es el caso de los trabajadores por cuenta propia.

¿Por qué es importante analizar a este grupo de trabajadores y trabajadoras?

Porque representan a más de la mitad de la población económicamente activa de nuestro país, y si bien su importancia cuantitativa es notable, sus condiciones de trabajo son precarias y se encuentran en una situación más vulnerable aún en el contexto actual de crisis y aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Es importante contemplar que los/as desocupados/as son personas que, no teniendo ocupación actualmente, estaban buscando activamente trabajo hasta la cuarentena. Esta población que representa el 20.2% de los/as desprotegidos/as, efectivamente será la que tendrá menos condiciones de ingresos, y que dependerá directamente de medidas puntuales tomadas por el Gobierno.

¿Cuáles son esas características de los/as ocupados/as desprotegidos/as? 

Son trabajadores que no tienen acceso a licencias con goce de haberes, por lo cual pierden la posibilidad de generar ingresos toda vez que no puedan realizar sus actividades con normalidad. En el marco de un contexto recesivo, sus fuentes de trabajo sufrirán mayor inestabilidad, lo cual vuelve este grupo de trabajadores fuertemente dependiente de una economía activa y de la circulación y consumo de la población. En este grupo, los/as más afectados/as son quienes trabajan por cuenta propia y principalmente, lo realizan en la calle o espacios públicos.

Asimismo, la falta de ocupación y/o registración implica en la mayoría de las ocasiones la falta de acceso a cobertura de salud, que se adiciona a las complicaciones que supone el estar expuesto a una enfermedad sin la posibilidad de tener licencias.

¿Cómo se distribuyen los/as ocupados/as desprotegidos/as?

Dentro de los/as trabajadores/as desprotegidos/as, el grupo de mayor peso relativo son los/as trabajadores/as no registrados/as, que reúne a más de 3 millones de personas, de las cuales el 40% son jefes de hogar. Representan el 64% del quintil con más bajos ingresos de la población, dando cuenta así de la vulnerabilidad económica de los hogares a los que pertenecen.

Asimismo, cabe remarcar, que de la tasa de no registración en los trabajadores mayores de 60 años, considerados grupo de riesgo, alcanza el 44%, profundizando las condiciones de exposición y fragilidad de más de 300 mil personas que se encuentran en estas condiciones.

Los/as trabajadores/as cuentapropistas representan el 36.9%. Este grupo es marcadamente heterogéneo, dado que puede albergar desde profesionales de clases medias y altas, hasta trabajadores de la Economía Popular, quienes por el tipo de actividades que realizan no pueden continuar desarrollando sus actividades de manera remota como es el caso de algunos profesionales.

Es importante entonces considerar las condiciones en las que trabaja este amplio sector de la población y disponer de las medidas necesarias para poder hacer frente al contexto actual de pandemia y aislamiento preventivo. Al virus lo frenamos entre todos y todas, con justicia social y acompañando a los/as más desprotegidos/as.